"UNA MIRADA LLENA DE LUZ"

Artículo completo encargado, y publicado, para la Revista Pregón de la Semana Santa de León, bajo la dirección de Carlos García Rioja. León, 2015, pags. 34-39.

Así definen Ana Rey y Ángel Pantoja su imagen de la Madre de Dios para la cofradía del Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida, bendecida en León bajo la advocación de Nuestra Señora de la Luz el 29 de noviembre del 2014, en el altar mayor de la Catedral de Santa María por el obispo Julián López Martín. 

A modo de introducción. 

En los últimos años algunas cofradías de León han decidido encargar nuevas imágenes que se han incorporado al patrimonio de ellas, y han resultado ser muy interesantes en cuando a calidad se refiere, realizadas por escultores de profesión, bien formados, con talento y suficiente criterio como para alumbrar obras que sirvan al desarrollo de la devoción popular y fomentar la participación de los hermanos en las cofradías e incluso la reunión de otros nuevos en torno a ellas.

En el año 2000 la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno agregó a su amplio patrimonio el paso de misterio de la Exaltación de la Cruz, obra de José Antonio Navarro Arteaga, un excelente grupo escultórico que tiene como contra el que la imagen del Señor en la Cruz no se encuentre al culto, agravado por  atesorar una categoría artística destacada. Ese no es el caso de dos misterios importantes que la hermandad de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz contrató con Manuel Martín Nieto; la Quinta Palabra, con el Santísimo Cristo de la Sed, (2003) y la Sexta Palabra con las devociones del Santísimo Cristo de la Sangre y de Nuestra Señora del Calvario, (2008) ejemplos de imaginería de buena calidad.

Este importante impulso en el afán de contratar nuevos pasos con un criterio de objetividad a la hora de adquirir buenas obras de arte, se vio interrumpido hasta que la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Sacramentado y Maria Santísima de la Piedad, Amparo de los Leoneses, contactó con el escultor sevillano Jaime Babío Núñez a fin de realizar el misterio del Señor ante Anás, presentando una imagen de Jesús Cautivo de extraordinaria factura en el año 2011, como también lo fue la figura del sumo sacerdote, Anás, un año después. Es una lástima que el Señor no se pudiese poner al culto y que este misterio aún no se haya terminado con todas las figuras, aunque esperamos que pronto pueda continuarse y finalizarse el proyecto original.

Nuestra Señora de la Luz. Foto Angel Pantoja. 2
También, en el año 2012 llegó de mano de la cofradía Santo Cristo de la Redención, Nuestra Madre de la Divina Gracia, realizada por José Antonio Martínez Rodríguez y destacada con el premio "La Hornacina" como mejor imagen de aquel año, según las personas que participaron en la votación propuesta por esta prestigiosa revista digital de arte, situándose también dentro de las obras de primera línea de la Semana Santa de León y de devoción con su puesta al culto.

Y afortunadamente, ha habido una novísima incorporación en noviembre del año 2014, sobre la que trata este artículo, cuando llegó a León desde El Puerto de Santa María (Cádiz), una nueva imagen destacada por su calidad y que viene a enriquecer el patrimonio artístico y devocional de León en su Semana Santa por encargo de la cofradía Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida, que había confiado en los escultores Ana Rey y Ángel Pantoja la realización de una representación de la Madre en Soledad, pero con una característica importante y original que la hace única y por ello destacada; y es que no se muestra la Señora como Dolorosa, sino aludiendo a un capítulo gozoso, místico y onírico al mismo tiempo: El instante en que es consciente que su Hijo vive, que ha resucitado, cumpliendo las profecías, y es el verdadero Hijo de Dios. Es por ello que su gozo la lleva a dejar el dolor por su prendimiento, tortura y muerte, y de modo simbólico arranca el cuchillo de su pecho que simboliza la soledad y consternación, abandonando así su angustia y el padecimiento por el asesinato de su Hijo. 

La cofradía del Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida de León. (1992) 

Antes de continuar con la Virgen de la Luz, y sus autores, hemos de referirnos a la cofradía del Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida. Ésta fue de las tres hermandades de la Semana Santa leonesa creadas en el año 1992, bajo el mandato del obispo de León Antonio Vilaplana Molina. Recibió su aprobación el 5 de noviembre del citado año, instituyéndose canónicamente en la iglesia parroquial de San Froilan, patrón de la diócesis de León. Al siguiente año, tomaría la tarde del Sábado Santo para convertir las calles en templo con su vocación de mostrar la exaltación de Cristo durante la vigilia del Sábado de Pascua mediante una procesión que se denominó como "Camino de la Luz"

La hermandad hizo su primera procesión el Sábado Santo de 1993 y al no tener imagen que ostentase una devoción titular, sacó hasta 1995 un Cristo Yacente articulado del siglo XVII, de autoría no documentada, procedente del pequeño museo del Santuario de  Nuestra Señora del Socorro de la localidad de Valderas.

Desde 1996 ya pudo contar con su efigie titular, el Santísimo Cristo Esperanza de la Vida, iconográficamente un yacente con la peculiaridad de mostrar su vuelta a la vida, realizado por el escultor Vicente Marín y policromado por Miguel Ángel de la Colina. La imagen se haya expuesta al culto en la capilla del monasterio franciscano de Nuestra Señora de la Concepción desde el año 1998.

Poco después, en 2002, incorporó un nuevo paso de Cristo a su procesión, con un marcado carácter alegórico en una doble vertiente, ya que es una figuración del Señor bajando a los Infiernos, y tres figuras alegóricas aludiendo al rito de la Vigilia Pascual. El conjunto también fue realizado por Vicente Marín, siendo Miguel Ángel de la Colina de nuevo quien aplicase las policromías.

A fines del año pasado, según hemos señalado, la cofradía leonesa del Santo Sepulcro completó sus devociones con la adquisición a Ana Rey y Ángel Pantoja de la Virgen de la Luz, situándola al culto a los pies de la iglesia conventual de Nuestra Señora de la Concepción, como veremos más adelantes. 

Los autores: Ángel Pantoja y Ana Rey. 

Ana Rey y Ángel Pantoja son dos escultores imagineros, y cofrades, con taller en el Puerto de Santa María, (Cádiz) que forman un compenetrado equipo de trabajo con una gran base en el conocimiento técnico y solidez en el concepto de la realización de imágenes religiosas, habiendo sido escogidos por la hermandad leonesa del Santo Sepulcro para encargarles su nueva imagen mariana.

Proceso completo Nuestra Señora de la Luz  (52)Ángel Pantoja Carrasco. (El Puerto de Santa María-Cádiz, 1979) Es Escultor licenciado en Bellas Artes (2007) por La Facultad de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla, en la especialidad de escultura y profesor de escultura de la Academia de Bellas Artes de El Puerto de Santa María, pero también resulta ser un apasionado de la fotografía y del conocimiento del arte, más aún y especialmente en lo que respecta a la tradición de la escultura de talla policromada en madera.

Al igual que sucede con aquellos creadores de gran sensibilidad e inquietud artística, desde niño dibuja y modela figuras con destreza que le hacen destacar y es su propio padre, pintor, quien regalándole una pella de barro le motiva en el modelado y sirve de comienzo para su instrucción en el camino para la creación artística y su posterior formación académica, que tras su licenciatura en Bellas Artes, continuó, siendo becado en Nueva York, Malta y Florencia, (2007-2008) ciudad, esta, donde toma contacto con el trabajo en mármol de Carrara, trabajando en el taller de restauración y conservación de la Catedral, donde le hacen el encargo de realizar, entre otras labores, realizar en el citado material un altorrelieve de una Madonna con el niño de 65 cmts., destinado a cubrir una hornacina en la Ópera de Santa María del Fiore, junto al Duomo, en la esquina formada por las calles Via dello Studio y Via delle Oche.

Respecto a la obra de Ángel Pantoja, está repartida por El Puerto de Santa María, Cádiz, Jerez de la Frontera, Sevilla, Córdoba, Bilbao Jédula, Lucena, Italia, Estados Unidos y Holanda, y ahora en León, abarcando desde bronces de temática taurina, pasando por talla en pequeño formato para colecciones particulares, imágenes de santos destinadas al culto en iglesias, cartolas y figuras exentas y relieves en tronos (canastillas) de pasos de cofradías, y también para estas, imágenes de Cristo y su Madre como representaciones centrales en pasos de Semana Santa e imágenes titulares de hermandades penitenciales y de gloria, así como otras figuras secundarias incorporadas para otros pasos y completar las escenas  en algunos pasos de misterio.

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Ana Rey Martínez. (Cádiz, 1981) Escultora, dibujante y restauradora licenciada en Conservación y Restauración (2011) por la facultad de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, es una apasionada del dibujo y del retrato, formada a nivel académico en Sevilla como conservadora de arte aunque su trayectoria da un quiebro cuando como trabajo de fin de carrera en 2010 realiza el busto de una representación de María como Dolorosa que, tras su divulgación, impactó por su virtuosismo y la autora terminó donándola a la Hermandad de Las Aguas de Cádiz, encontrándose en la actualidad bajo la advocación como Madre María de la Juventud.

Su obra aún es escasa, pero no por ello insignificante, ya que la minuciosidad en la policromía de las encarnaciones de sus imágenes y el logro en la natural expresión de estas, hacen que sus obras gocen de un reconocimiento importante que no deja lugar a la indiferencia.

En la actualidad, Ana Rey, aparte de su Virgen de la Luz de León como obra conjunta con Ángel Pantoja, tiene sus trabajos repartidos por Cádiz, Jerez de la Frontera, Ronda, Hellín, Chiclana, El Escorial y Salamanca, tanto en talla por encargo de particulares como de cofradías, abarcando la realización de figuras secundarias para pasos, alguna imagen principal así como figuras para cartelas de pasos.

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Ambos artistas se encuentran juntos, tanto en su vida personal como en el terreno artístico, desempeñando sus encargos en plena colaboración en su taller situado en El Puerto de Santa María, y muestran una unidad en su concepto de la representación de Cristo y su Madre a través de la técnica de talla en madera policromada que va más allá de la propia representación formal de la misma. Sus planteamientos arrancan de la tradición más profunda en el desarrollo de la escultura española durante el siglo XVII, situando el origen del mismo en el Concilio de Trento, (1545-1563) donde se dota a la misma de una potente carga ideológica en cuanto llegar a "mover la devoción" del pueblo.

El barroco en su concepto representativo teatral también es contemplado y puesto en práctica en la labor imaginera de Ana Rey y Ángel Pantoja, vinculándolo a una corrección neoclásica que pone en valor al escultor que, para ambos, arrojó unos modelos de perfección artística y por quien se declaran unos admiradores y demuestran resultar muy buenos conocedores de su obra, Luis Salvador Carmona. (1708-1767)

La solidez en un criterio único a la hora de afrontar un encargo resulta una base importante que unido a un buen conocimiento técnico, completa la necesaria capacidad creativa que ambos atesoran por separado y potencian como autores en conjunto.

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Si hay una diferencias, que resultan intrascendentes para el desarrollo de su obra en común, se refieren en primer lugar a la inclinación distinta a la hora de recibir un encargo. Así, para Ángel Pantoja, supone un reto creativo el hecho que le condicionen el encargo para desarrollar su capacidad artística, y Ana Rey, se encuentra mejor si no se producen condicionantes, y así desplegar mayormente sus dotes y virtuosismo como creadora. El segundo aspecto en que se distinguen reside en la ilusión que tienen en realizar alguna interpretación iconográfica distinta, Ángel Pantoja prefiere recibir el encargo de realizar un crucificado y Ana Rey le gustaría abordar el proyecto de hacer una Piedad.

Fuera de estos matices, no hay criterios opuestos en el concepto de arte de ambos. Ángel Pantoja se muestra como un academicista, técnico e intelectual, y Ana Rey resulta tremendamente minuciosa, más pasional y menos preocupada por las barreras formalmente establecidas en la creación artística. En definitiva, ambas personalidades se funden y complementan en su dedicación como escultores imagineros, dando lugar a unas creaciones notables, de éxito en el presente y cuya trayectoria futura resultará muy interesante seguir para percibir como evolucionará. Por el momento, el punto de mira se encuentra en el paso de misterio del Lavatorio, con tres imágenes ya realizadas de las trece proyectadas, para la hermandad jerezana de Nuestro Padre Jesús de la Bondad y Misericordia. 

Nuestra Señora de la Luz. 

Desde el sábado 29 de noviembre del año 2014 a las siete de la tarde, León cuenta con una nueva devoción mariana, tras ser bendecida en la Catedral de León la representación de la Virgen María que bajo la advocación de Nuestra Señora de la Luz fue encargada por la cofradía de Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida a los escultores Ana Rey y Ángel Pantoja, siendo puesta al culto al día siguiente, Domingo 30 de noviembre, en la iglesia conventual del monasterio de Nuestra Señora de la Concepción de León después de la misa dominical de doce de la mañana.

Nuestra Señora de la Luz. León. Foto. G. Márquez
La hermandad leonesa se había planteado desde hacía tiempo la idea de incorporar una imagen de la Virgen María. En otoño del año 2011 se comenzó a gestar la idea para materializar el proyecto con el consejo externo a la cofradía de consultas realizadas del hermano de la misma y freire (seise) asesor José Antonio Fresno con, Fernando Llamazares Rodríguez, César García Álvarez (Historiadores del Arte y profesores universitarios), Antonio Bonet Salamanca (Historiador del Arte y Director de la revista Pasos), Félix Montoya Sánchez (Profesor e historiador) además del Capellán actual de la hermandad Primo Lucio Panera Burón y el Capellán Honorario Pascual Díez Escanciano, siendo en la primavera del año 2012 cuando la cofradía concreta su intención de adquirir “Una figura de María de tamaño natural, con el cuerpo y los ropajes completamente tallados, al modo de las imágenes tradicionales leonesas, evitando la incorporación de trajes y mantos de más difícil conservación futura y que invitan a posteriores enriquecimientos. La imagen representará a la Santísima Virgen, con los rasgos propios de una mujer que ha perdido a su Hijo de manera traumática y muy dolorosa, pero también ha de reflejar la serenidad de quién tiene la confianza interna de que este sufrimiento no ha sido el final del camino, que después de todas las penas soportadas, su Hijo ha resucitado”. 

A fin de seleccionar el posible autor del futuro encargo, desde la cofradía se mantuvieron contactos con tres escultores fructificando finalmente el nombre de la escultora Ana Rey, por su trabajo encontrado a través de las redes sociales en abril del año 2012, con quien se inicia el trato en junio del mismo año. Fue así que el mes siguiente una delegación de la cofradía visitó a los escultores Ana Rey y Ángel Pantoja en su taller y les hizo partícipes del proyecto, de la idea original que la cofradía planteaba a través de quien era en aquel momento el Maestre (abad o hermano mayor) de la cofradía del Santo Sepulcro de León, Luis Mendaña, no solo transmisor del nuevo proyecto cofrade para la hermandad, sino quien clarificó una idea personal a los autores, un sueño de infancia.

Aquel se sintetizaba en la visión de una madre con un rostro lleno de luz, transmitiendo ternura, cariño y esperanza, de tez blanca y mirada mágica, como madre de todas las Madres, la Madre de Dios. Y así se establecía la intención en la hermandad de representar a la Virgen María de un modo diferente, marcando el sentido de madre pero no doliente, sino mostrando la sorpresa y la comprensión de que su Hijo ha resucitado, está vivo ya en la Pascua del Sábado Santo.

Proceso completo Nuestra Señora de la Luz  (292)
Entendiendo los autores el encargo y su trascendencia, elaboraron un modelo en barro para que en la hermandad tuviesen percepción de la idea a desarrollar por los artistas que viajaron a León para entregar su boceto, obteniendo el encargo oficioso, para la elaboración de la nueva imagen mariana leonesa, en una cena celebrada el 23 de julio de 2012.

El 29 de julio, los escultores adjuntaron un informe técnico a la hermandad que fue presentado y consultado con Primo Lucio Panera Burón, Fernando Llamazares Rodríguez, César García Álvarez, Pascual Díez Escanciano, Eduardo Álvarez Aller, (Historiador del Arte), y Máximo Gómez Rascón, (Delegado Episcopal de Patrimonio Cultural y Director del Museo Diocesano) otorgando todos una valoración positiva del proyecto.

El 3 de noviembre del año 2012 convocados en Asamblea General Extraordinaria los hermanos de la cofradía, se informó y sometió a votación la aprobación para la realización de la imagen de Nuestra Señora de la Luz por Ana Rey y Ángel Pantoja, con el resultado positivo por amplísima mayoría de los hermanos presentes.

El 5 de abril del año 2013 se remitió un expediente al Obispo de León, Julián López, a fin de recibir el beneplácito para la actuación e incorporación de la nueva imagen mariana a la cofradía del Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida, obteniendo una valoración de palabra por parte del Obispado, señalando que sería necesario observar la evolución en la realización de la obra para lograr su aprobación definitiva, aconsejando que los ropajes de la imagen no tuviesen un estilo "muy rococó."

Durante el mes de junio, del citado año 2013, los escultores Ana Rey y Ángel Pantoja inician su trabajo de modelado de Nuestra Señora de la Luz, y el 27 de noviembre el Obispo de León otorgó su aprobación para la realización de la nueva imagen, obteniendo la notificación oficial el mismo día en comunicación firmada por el Secretario Canciller del Obispo, Florentino Alonso.

Proceso completo Nuestra Señora de la Luz  (402)
En el mes de febrero de 2014 la nueva Junta de Gobierno de la cofradía decide disolver la comisión inicial asesora y no apurar la finalización de la obra a los escultores para la Semana Santa del citado año, firmándose la compra-venta de Nuestra Señora de la Luz el 19 de julio de 2014, ya con la obra en fase de terminación, lo que sucede a fines del agosto, siendo posible la retirada de la imagen por parte de la cofradía a partir del 29 de septiembre.

El 6 de octubre 2014, fecha en que los escultores Ana Rey y Ángel Pantoja entregan a Nuestra Señora de la Luz, la imagen fue trasladada ya a León para iniciar los preparativos de su puesta al culto en la iglesia conventual de las Concepcionistas de León, una petición que había sido solicitada por la hermandad el 17 de agosto y recibió su respuesta positiva el 15 de septiembre, así como para realizar su presentación y bendición en la Catedral de Santa María de León el 29 de noviembre.

La imagen de Nuestra Señora de la Luz tiene unas dimensiones de 168 cmts., y tallada de cuerpo entero, aspecto que distingue a esta obra del resto de la realizada por Ana Rey y Ángel Pantoja, ya que es la primera imagen de Virgen María que realizan de bulto, que no es de candelero.

Para la talla se ha usado como soporte la madera de cedro, siendo cubierta de aparejo y policromada en su conjunto, mate en las encarnaciones y con colores planos en los ropajes, saya, tocado y manto.

En su elaboración no se han producido muchos cambios desde la idea original, siendo de destacar la sustitución del calzado planteado originalmente, que definitivamente tomó forma de sandalia de tipo romano antiguo, a fin de establecer un posible besapie a la imagen durante los cultos que en el futuro se pudieran establecer.

La idea iconográfica a representar por los imagineros Ana Rey y Ángel Pantoja en su trabajo conjunto de realización de Nuestra Señora de la Luz ha resultado plenamente convincente en ese instante imaginado, ideado, en que la Virgen Madre aparta su dolor y muestra en su rostro la esperanza.

La Madre de la Luz supone un puente de comunicación entre la idea representativa y devocional de siglos pasados, mimetizados por el tamiz de un neoclasicismo que es visionado por Ana Rey y Ángel Pantoja de un modo detallado y sumamente humano, donde prima lo bello sobre lo real, la idea de lo sobrenatural respecto a la razón, a fin de transmitir el mensaje fundamental de las procesiones de la Semana Santa, anunciando la Resurrección, dando testimonio nuevamente del milagro, cerrando un ciclo de dolor y abriendo el de la Esperanza que llega con la celebración de la Pascua el Sábado Santo, porque en el caso de esta nueva imagen mariana, se puede decir que la Luz, bien podría llamarse Esperanza.

Nuestra Señora de la Luz. Primera salida procesional. León, 2015. Foto G. Márquez.
Si bien, como hemos señalado, iconográficamente Nuestra Señora de la Luz muestra la excepción representativa de simbolizar el final del sufrimiento por el sacrificio de su Hijo, es cierto también que nos recuerda a modelos de dolorosas de siglos anteriores, tomando como punto de partida la Virgen de los Dolores que Gregorio Fernández (1576-1636) realizó en el misterio del Descendimiento para la cofradía de la Vera Cruz de Valladolid, en la que, dejando de lado la posición sentada de la gran obra de Fernández, la teatralidad que ambas manifiestan las pone en relación directa, como también en Valladolid encontramos similitudes con las dos dolorosas atribuidas a Juan Alonso Villabrille y Ron (1663-h1728) que se encuentran en el retablo de la Buena Muerte de la iglesia de los Jesuitas de San Miguel, San Julián y Santa Basilia, a su vez según los modelos del retablo homónimo que Pedro de Mena (1628-1668) había realizado para el Imperial colegio de la Compañía de Jesús de Madrid, hoy desaparecido. El citado Pedro de Mena alumbró durante su vida una serie de representaciones de la Virgen Dolorosa en diferentes actitudes, con mayor teatralidad o transmitiendo recogimiento, según ejemplos de medio cuerpo que se conservan en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, o en el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid. Por otro lado y en alusión al citado retablo de la Buena Muerte de Madrid, cuyo crucificado había realizado Juan de Mesa, (1583-1623) fue interpretado por Luis Salvador Carmona (1708-1767) en la iglesia del Colegio de los Jesuitas de Talavera de la Reina. Y el mismo Salvador Carmona interpretó el tema de la Dolorosa de modo independiente en otras ocasiones, como la que se le atribuye en la Iglesia de Santa Catalina del Real de San Vicente, (Toledo) la Dolorosa del convento de Agustinas Recoletas de Salamanca o con más cercanía a la imagen de Nuestra Señora de la Luz de Ana Rey y Ángel Pantoja, en cuanto actitud se refiere, la que se encuentra en el Museo diocesano de la Catedral de la Almudena en Madrid.

En definitiva, la Virgen de la Luz que Ana Rey y Ángel Pantoja han entregado a la hermandad del Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida es una muestra de la continuidad de una herencia representativa teatral e indudablemente de tintes barrocos, con el barniz de una visión personal y actualizada, aportando delicadeza y exquisito trabajo en la expresión del rostro de la propia imagen, con minuciosidad en las encarnaciones que le confieren una vida propia, una mirada que no deja lugar a la indiferencia y una impresión global de movimiento sumamente armónico que emparenta perfectamente esta obra con la tradición de la escultura de talla en madera española. Y con todo ello, además, los autores logran precisamente el fin que estas obras están destinadas a cumplir que no es otro que el de fomentar la devoción popular, que los fieles y los que no lo son, no permanezcan ajenos a lo representado y les invite a la reflexión. 

Últimos datos y consideraciones finales. 

A fin de terminar este trabajo sobre la nueva advocación leonesa de Nuestra Señora de la Luz, hay que añadir que la imagen de la Señora se completa con una diadema en plata realizada por los talleres "Orfebrería Castilleja" (Sevilla) y con una daga que se sitúa en la mano izquierda la Virgen María, diseñada en dibujo por Manuel Jáñez y ejecutada por "Rovina Joyeros" de León.
Revista Pregón 2015. Semana Santa de León. Nuestra Señora de la Luz. G. Márquez.

Como valoración final, opino que Nuestra Señora de la Luz es una imagen merecedora de encontrarse al culto, excepcional en cuanto al modelo iconográfico del instante que representa, magnifica en la labor de los escultores Ana Rey y Ángel Pantoja en general, y en particular por la lograda expresión del rostro y por alcanzar crear una belleza que implica bondad y transmite la idea de Luz que su advocación proclama, siendo una acertada adquisición de la cofradía del Santo Sepulcro-Esperanza de la Vida de León, y una buena aportación a la imaginería cofrade leonesa y por extensión a su Semana Santa.

La cofradía del Santo Sepulcro y la ciudad de León han acogido la nueva advocación de Nuestra Señora de la Luz, que Ana Rey y Ángel Pantoja han realizado para dejar aquí, y como anécdota, se puede contar que los escultores recogieron en León a un gatito abandonado, que decidieron adoptar, bautizándolo con el nombre de "Papón", para llevarlo consigo a su casa y taller en El Puerto de Santa María, un "pequeño León", compañero ahora de juegos de su perro llamado Brody.

Gonzalo Márquez García.
1 de febrero de 2015

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